¿Alguna vez te has despertado con la mandíbula tensa o con dolor de cabeza sin una razón aparente? Puede que estés apretando los dientes por la noche sin darte cuenta. Esto se conoce como bruxismo, un problema más común de lo que parece y que, en la mayoría de los casos, pasa desapercibido hasta que los síntomas se vuelven más evidentes.
Soy Rosa Galdón, fisioterapeuta, y a lo largo de los años he visto cómo el bruxismo puede afectar no solo la mandíbula, sino también el cuello, la cabeza e incluso la calidad del sueño. Muchas personas no saben que lo padecen hasta que empiezan a notar molestias persistentes o su dentista detecta desgaste en los dientes.
Por lo general el bruxismo suele estar relacionado con el estrés, la ansiedad y ciertos hábitos nocturnos, como morderse las uñas o dormir en posturas que favorecen la tensión en la mandíbula. En este artículo, te contaré cómo saber si tienes bruxismo, cuáles son los síntomas más comunes, en qué casos se considera bruxismo severo y qué opciones de tratamiento existen, incluyendo la fisioterapia y el botox.
Si alguna vez has sentido tensión en la cara, dolor al abrir la boca o crujidos en la mandíbula, sigue leyendo. Puede que aquí encuentres la respuesta a lo que te está pasando y, lo más importante, soluciones para sentirte mejor. ¡Vamos allá!
Cómo saber si tengo bruxismo: señales y síntomas
El bruxismo es una disfunción del sistema estomatognático que implica el apretamiento y/o rechinamiento involuntario de los dientes. Aunque suele asociarse con el estrés, también puede estar relacionado con alteraciones en la oclusión dental, disfunciones de la articulación temporomandibular (ATM) o incluso factores neuromusculares.
El bruxismo no siempre da la cara de inmediato. En mi consulta, he tenido pacientes que lo han padecido durante muchos años sin ser conscientes, hasta que los síntomas empezaron a afectar su día a día. Estas son algunas señales para saber si padeces de bruxismo:
- Dolor en tu mandíbula cuando te despiertas: Esto ocurre porque el bruxismo genera una hiperactividad de los músculos masticatorios, especialmente del masetero y el temporal, lo que provoca una sobrecarga mantenida durante la noche. Esta fatiga muscular puede generarte un dolor difuso en la zona mandibular, que suele ser más intenso al despertar y disminuir a lo largo del día.
En los casos más avanzados, esta tensión prolongada puede derivar en contracturas musculares persistentes, limitación en la apertura bucal y molestias al masticar o hablar.
- Dientes desgastados o sensibilidad dental: El rechinar de dientes puede provocar un desgaste progresivo del esmalte dental, exponiendo la dentina y aumentando la hipersensibilidad dental. Clínicamente, se observan facetas de desgaste en las superficies oclusales e incisales de los dientes, pudiendo derivar en microfracturas o fisuras dentales.
Además, el aumento de la presión sobre las piezas dentales puede producir reabsorción ósea en el ligamento periodontal, generando una mayor movilidad dentaria e incluso retracción gingival.
- Dolor de cabeza, cuello o incluso oído sin causa aparente: El bruxismo no solo afecta a la mandíbula, sino que puede provocar dolores referidos en zonas como:
– Cefaleas tensionales: La hiperactividad del músculo temporal puede irradiar dolor hacia la zona frontal y parietal, simulando un dolor de cabeza tensional o migrañoso.
– Dolor cervical: La activación excesiva de la musculatura masticatoria puede generar compensaciones musculares en la región cervical, afectando el equilibrio postural y desencadenando dolor en el trapecio y la musculatura suboccipital.
– Otalgia sin infección: La proximidad de la ATM con el oído puede provocar una sensación de presión o taponamiento auricular, sin que haya una patología otorrinolaringológica de base. - Chasquidos o molestias al abrir y cerrar la boca: El bruxismo puede provocar una alteración biomecánica de la articulación temporomandibular (ATM), generando un desgaste en el cóndilo mandibular y el disco articular. Como resultado, pueden aparecer: ruidos articulares como chasquidos o crepitaciones al abrir y cerrar la boca, limitación de la apertura bucal (sensación de bloqueo o restricción en la movilidad mandibular) y dolor articular.
- Tensión constante en la cara o sensación de fatiga mandibular: El trabajo excesivo de los músculos masticatorios durante el bruxismo genera un estado de hipertrofia muscular, lo que provoca una sensación de rigidez o fatiga en la mandíbula (como si hubieras masticado algo duro durante mucho tiempo), hipersensibilidad y, en casos prolongados, aumento del volumen del masetero lo que provoca un rostro más cuadrado.
- Ruido de rechinar los dientes mientras duermes (detectado por otra persona): El bruxismo nocturno es una parafunción involuntaria que se da principalmente en la fase N2 del sueño no REM y que puede ser detectada por la pareja o familiares debido al sonido del rechinar de los dientes.
Síntomas del bruxismo severo: ¿Cuándo preocuparse?
Como he mencionado en el punto anterior, el bruxismo puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, pero cuando se vuelve severo, sus efectos no solo afectan la mandíbula y los dientes, sino también la calidad de vida. Si no se trata a tiempo, puede derivar en problemas más serios que van más allá del simple apretamiento dental.
Desgaste excesivo de los dientes y fracturas dentales:
Cuando el bruxismo es intenso y prolongado, el esmalte dental sufre un desgaste acelerado, dejando al descubierto la dentina, lo que provoca:
- Mayor sensibilidad al frío y al calor.
- Mayor riesgo de caries y fisuras en los dientes.
- Fracturas o roturas dentales espontáneas.
Muchos pacientes con bruxismo severo acuden al dentista porque sienten que sus dientes han perdido altura o porque de repente se fracturan al masticar algo aparentemente inofensivo.
Dolor crónico en la mandíbula y disfunción de la ATM:
La articulación temporomandibular (ATM), que conecta la mandíbula con el cráneo, soporta una presión enorme en los casos de bruxismo severo. Esta sobrecarga constante puede provocar:
- Dolor muy persistente en la zona de la articulación (cerca del oído).
- Bloqueo o dificultad para abrir y cerrar la boca.
- Ruidos articulares al mover la mandíbula.
Con el tiempo, si no se trata, esta disfunción puede derivar en un desgaste del disco articular, limitando la movilidad de la mandíbula y afectando funciones básicas como hablar o masticar.
Migrañas y dolor de cabeza recurrente:
Un sobreesfuerzo en los músculos masticatorios puede provocar:
- Cefaleas tensionales que normalmente aparecen cuando te despiertas.
- Dolor irradiado hacia la frente, las sienes o la nuca.
- Mayor predisposición a migrañas, debido a la hiperactividad de la musculatura craneofacial.
Trastornos del sueño e insomnio:
El bruxismo nocturno puede interferir con la calidad del sueño, generando:
- Microdespertares durante la noche.
- Fatiga diurna y sensación de no haber descansado bien.
- Tensión en la cara y mandíbula al despertar.
Algunas personas, sin saberlo, llegan a rechinar los dientes con tal intensidad que interrumpen su propio sueño o el de su pareja, generando un descanso poco reparador.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Si sientes alguno de estos síntomas de forma frecuente, es importante que un profesional valore tu caso. El bruxismo severo puede tratarse con diferentes enfoques, desde fisioterapia para aliviar la tensión mandibular hasta férulas de descarga o, en algunos casos, aplicaciones de botox para relajar la musculatura.
No normalices el dolor en la mandíbula ni el desgaste en los dientes. Un tratamiento adecuado a tiempo puede evitar problemas mayores en el futuro. En el siguiente apartado te cuento más sobre las opciones terapéuticas y cómo la fisioterapia puede ayudarte a aliviar el bruxismo.
Tratamientos para el bruxismo: fisioterapia y botox
Si has identificado los síntomas del bruxismo en tu día a día, lo más importante es saber que tiene tratamiento. Dependiendo de la severidad del caso y de la causa subyacente, existen diferentes enfoques para aliviar la tensión mandibular, reducir el dolor y prevenir el desgaste dental.
Los dos tratamientos más utilizados actualmente son la fisioterapia y la infiltración de botox, aunque también hay otras opciones complementarias como férulas de descarga, técnicas de reducción del estrés y ajustes en la alimentación.
Fisioterapia para el bruxismo
La fisioterapia es una de las opciones más efectivas para tratar este problema, especialmente cuando el paciente tiene una gran carga muscular y molestias en la articulación temporomandibular (ATM).
A través de diferentes técnicas, podemos:
- Reducir la tensión en los músculos masticatorios (masetero, temporal y pterigoideos).
- Mejorar la movilidad de la mandíbula, evitando bloqueos o chasquidos.
- Disminuir el dolor en la ATM, cuello y cabeza.
- Corregir patrones posturales que favorecen la sobrecarga mandibular.
¿Cómo trabajamos el bruxismo en fisioterapia?
- Masajes y terapia manual: Liberación de los músculos de la mandíbula y el cuello para reducir la rigidez.
- Movilización de la ATM: Técnicas para mejorar el movimiento de la articulación y aliviar la presión.
- Ejercicios de relajación: Para aprender a soltar la tensión mandibular de forma consciente.
- Reeducación postural: Evitar hábitos que favorezcan el bruxismo, como empujar la lengua contra los dientes o mantener la mandíbula tensa.
En consulta, enseño a mis pacientes ejercicios y técnicas para que puedan aplicarlas en su día a día, ya que en muchos casos, tomar conciencia del problema es clave para corregirlo.
Bruxismo y botox
En los casos de bruxismo severo, donde la sobrecarga muscular es extrema y hay un gran desgaste dental, una opción muy utilizada es la aplicación de toxina botulínica (botox) en los músculos masticatorios.
El botox se infiltra en el mesetero y temporal, reduciendo la fuerza de la mordida sin que afecte a la función masticatoria y disminuye la hiperactividad muscular, evitando el apretamiento involuntario.
¿Cuándo se recomienda el botox para el bruxismo?
- Cuando los tratamientos conservadores no han dado resultado.
- En casos donde hay un desgaste dental extremo y riesgo de fracturas.
- Si el paciente tiene migrañas o cefaleas intensas asociadas al bruxismo.
Es un tratamiento seguro y efectivo, pero debe ser aplicado por un especialista en bruxismo y ATM. Además, suele combinarse con fisioterapia para potenciar sus efectos y abordar el problema de forma global.
Otros tratamientos complementarios
Hay otros tratamientos complementarios que te ayudarán a tratar el bruxismo, como por ejemplo:
- Férulas de descarga: Son dispositivos hechos a medida por el dentista que protegen los dientes del desgaste y ayudan a reducir la presión sobre la mandíbula durante la noche. No evitan el bruxismo, pero sí minimizan sus efectos negativos.
- Reducción del estrés El estrés y la ansiedad son desencadenantes del bruxismo. Incorporar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o simplemente aprender a gestionar mejor las tensiones diarias puede marcar una gran diferencia.
- Alimentación y hábitos diarios Evitar alimentos duros o chicles ayuda a reducir la sobrecarga en la mandíbula. También es importante ser consciente de los hábitos involuntarios, como morderse las uñas, apoyar la barbilla sobre la mano o apretar los dientes mientras trabajamos.
Si crees que puedes tener bruxismo y quieres una valoración profesional, estaré encantada de ayudarte. La fisioterapia puede marcar la diferencia en tu bienestar mandibular.

Fisioterapeuta Colegiado nº 1840
Soy Rosa Galdón, fisioterapeuta especializada en fisiosexología, recuperación del suelo pélvico y fisioterapia deportiva. Mi objetivo es ayudar a las personas a aliviar el dolor, recuperar la movilidad y mejorar su bienestar a través de tratamientos personalizados. Creo en una fisioterapia cercana y adaptada a cada paciente, donde el cuerpo y las emociones van de la mano en el proceso de recuperación. Me mantengo en constante formación para aplicar las técnicas más avanzadas y ofrecer siempre la mejor atención posible.